En el sur del continente se encuentra un país que guarda los secretos de un mundo mágico y menos explorado que sus pares del sudesteastiático. Malasia, un rincón de Asia donde los sueños se hacen realidad y la realidad se convierte en un sueño, es un destino que merece ser explorado como ningún otro. 

Malasia es un país diverso que se extiende por la península malaya y la isla de Borneo. En sus tierras se mezclan la modernidad de Kuala Lumpur, la capital, con la magia ancestral de las selvas tropicales y las playas de arena blanca. 

Uno de los principales atractivos de Malasia es su diversidad geográfica y su patrimonio natural. Desde las misteriosas Cameron Highlands, con sus plantaciones de té, hasta los Parques Nacionales como Taman Negara y las islas Perhentians, la naturaleza se presenta en todo su esplendor. Aquí, los visitantes pueden explorar selvas vírgenes, playas paradisíacas, contemplar cascadas majestuosas y, si tienen suerte, avistar al esquivo tigre malayo.

Pero no se puede hablar de Malasia sin mencionar su vibrante vida urbana. Kuala Lumpur es una metrópolis moderna que se alza con sus imponentes rascacielos, como las famosas Torres Petronas. La ciudad también ofrece una experiencia culinaria incomparable en sus mercados nocturnos y restaurantes de comida callejera.

Las costumbres locales reflejan una rica mezcla de influencias, incluyendo la malaya, china, india, y las culturas indígenas. Asimismo, los malayos son respetuosos con sus tradiciones y valores familiares. Los turistas que viajan con niños encontrarán un ambiente acogedor y seguro en todo el país.

El deporte más popular en Malasia es el bádminton, y los locales son apasionados jugadores. Los estadios de bádminton son comunes en todo el país, y si te atreves a desafiar a un malayo, prepárate para un emocionante partido. En cuanto a pasatiempos, los malayos disfrutan de la música y la danza tradicional, así como de festivales culturales que celebran la diversidad de la nación. Los mercados nocturnos también son un lugar perfecto para disfrutar de la comida local y comprar souvenirs únicos.

Antes de partir hacia Malasia, es importante tener en cuenta algunas consideraciones. Asegúrese de respetar las costumbres locales, como vestir de manera modesta al visitar lugares religiosos y quitarse los zapatos antes de entrar en las casas. También es importante recordar que el alcohol es caro en Malasia debido a los impuestos, y su consumo está limitado en algunos lugares.

La vida cotidiana de un malayo promedio suele estar impregnada de fuertes lazos familiares y comunitarios. El trabajo y la religión, principalmente el islam, desempeñan un papel central en sus vidas. La comida también es una parte esencial de su cultura, y las comidas familiares son momentos sagrados de unión. En conclusión, viajar a Malasia es sumergirse en un mundo de contrastes, donde la naturaleza y la modernidad coexisten en armonía.

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