El ascenso a Montserrat es un peregrinaje en sí mismo, a través de carreteras sinuosas que serpentean por colinas cubiertas de viñedos y bosques espesos. La montaña se eleva como una gigantesca serpiente de piedra, y al acercarse, uno se siente pequeño ante la magnificencia de la naturaleza. El aire es fresco y lleno de promesas, y a medida que el tren cremallera se aproxima al monasterio, la emoción se intensifica.

Al llegar, la visión de Montserrat se despliega como un cuento. El monasterio, construido en las alturas rocosas, parece desafiar la gravedad. Las vistas panorámicas del valle son de una belleza que sobrecoge el alma. Los picos recortados contra el cielo azul parecen puntas de lanzas de los dioses.

Lo que más me sorprendió en Montserrat fue su colección de arte, que incluye obras de El Greco, Caravaggio y Picasso. Las pinturas y esculturas sagradas se albergan en un entorno impresionante, una muestra del ingenio humano que se eleva junto a la grandeza de la naturaleza.

Montserrat es un lugar donde la espiritualidad y la naturaleza se entrelazan en una danza que dejará una huella imborrable. En mi viaje a Montserrat, encontré un rincón de España que es más que un destino turístico; es un santuario de asombro y belleza. Un lugar donde lo divino y lo terrenal se encuentran en armonía, invitándote a perderse en la maravilla de la vida. 

A continuación te dejo las mejores alternativas según tu estilo viajero para conocer una de las zonas turísticas más visitadas de Cataluña. 

• Excursión a Montserrat en tren cremallera. Incluye guía, tickets y entradas. 

• Excursión en autobús. Igual a lo anterior, pero en autobús en vez de tren. 

• Ir por libre en autobús. Viaja por tu cuenta.